Qué papel tiene el Cirujano vascular en el pie diabético

En los pacientes con pie diabético se debe realizar una exploración vascular que nos permita valorar el componente isquémico y la necesidad de revascularización (aportar mayor flujo sanguíneo) para lograr la cicatrización de las lesiones.

La exploración básica consiste en:

• Palpación de pulsos periféricos: femoral (en la ingle), poplíteo (en la rodilla), tibial posterior y pedio (ambos distalmente, en el pie). La ausencia de pulsos nos orienta en la localización de las lesiones (estenosis significativas/obstrucciones) en la extremidad. La arteriopatía diabética se caracteriza por afectar principalmente a los troncos tibiales, con ausencia de pulsos en el pie.
• Medición Índice tobillo-brazo (ITB): es el cociente entre la presión sistólica en el tobillo y en el brazo. Un valor inferior a 0,9 se considera diagnóstico de enfermedad arterial periférica, de una disminución del flujo sanguíneo que llega al pie. En los pacientes diabéticos, la calcificación de las arterias del pie nos puede impedir, en algunos casos, realizar correctamente esta medición.

En función de los hallazgos, esta exploración se complementa con las pruebas de imagen que sean necesarias en cada caso:

• Eco-doppler color: es una prueba muy orientativa, nos permite valorar una serie de parámetros, como son el grado de calcificación de la pared arterial, la permeabilidad de las arterias (presencia de flujo sanguíneo), la morfología de la onda doppler, hacer mediciones de la velocidad del flujo para estimar posibles estenosis…
• En los casos en los que se plantea la necesidad de revascularización se suele proceder a la realización de un Angio-TC o una Angio-RM, que son pruebas de imagen con contraste que nos aportan mucha información diagnóstica como paso previo a la realización de una Arteriografía, que es la prueba definitiva y que normalmente se hace con fines terapeúticos.