Aneurisma poplíteo: qué es, cuáles son sus riesgos y cómo tratarlo

El aneurisma poplíteo es el aneurisma más frecuente en los miembros inferiores. Afecta a la arteria poplítea, localizada a nivel de la rodilla.

Están presentes entorno al 1% de la población, siendo más frecuentes en hombres. En muchas ocasiones son bilaterales (es decir, están presentes en las dos piernas). Es bastante habitual que se relacionen con los aneurismas abdominales, siendo de gran importancia descartar su existencia en estos pacientes.

Muchos pacientes están asintomáticos (es decir, no han sufrido síntomas) cuando se diagnostican. El riesgo principal que presentan son las complicaciones isquémicas en la extremidad. Estas complicaciones suelen producirse por la formación de trombo en el interior del aneurisma, que puede ser embolizado (desprendido hacia las arterias que van al pie provocando su obstrucción en poco tiempo, isquemia aguda-subaguda) o bien provocar de forma progresiva la obstrucción/trombosis del aneurisma, comportándose en este caso de forma similar a una isquemia crónica de la extremidad.

También pueden producir síntomas por compresión de estructuras vecinas (vena poplítea, nervio ciático poplíteo interno) cuando llegan a ser de gran tamaño. El riesgo de ruptura de estos aneurismas es menor que en otras localizaciones.

Normalmente se diagnostican realizando un Eco-doppler. A veces puede ser necesaria alguna otra prueba de imagen (TC/RMN con contraste) para planificar su tratamiento.

Existen diferentes opciones de tratamiento (quirúrgico o endovascular) en función de cada caso. En la cirugía convencional normalmente accedemos a la arteria por encima y por debajo del aneurisma, para aislarlo (desconectarlo) de la circulación y se realiza un bypass (un puente) a través del cual pueda llegar la sangre al pie. En el tratamiento endovascular por medio de una punción arterial accedemos al aneurisma colocando una endoprótesis (stent cubierto) en el interior de la arteria, aislando el aneurisma y manteniendo el flujo sanguíneo al pie.
A estas técnicas a veces hay que añadir otros procedimientos, como la retirada o eliminación de trombo que haya podido desprenderse y obstruir las arterias que van hacia el pie (trombectomía/fibrinolisis).